VENEZUELA: ¿UNA POTENCIA?
Pedro Conde Regardiz
El poder es el factor explicativo más pertinente del orden interno de las sociedades y, sobre todo, del orden mundial. Potencia, poder, se perciben como la capacidad de actuar sobre el mundo que nos rodea. Para tener una percepción adecuada, el poder se debe despojar de connotaciones un tanto agresivas que lo hacen aparecer condenable. No estoy de acuerdo con aquellos que, siguiendo una cierta escuela estadounidense, sucumben ante la fascinación del poder por el poder. Al contrario, hay que proceder con un enfoque objetivo de la noción de poder.
Me ha interesado la idea del poder después de haber leído en Francia un libro de mi antiguo Profesor Raymond Aron: Paix et Guerre entre les Nations (1962). No se ha escrito luego algo equivalente sobre el poder en sentido estricto. Se han publicado trabajos sobre tal o cual aspecto del poder, pero no un análisis ni una síntesis acerca de la cuestión. La obra de Raymond Aron tiene la huella de la Guerra Fría. ´Para profundizar sobre esta noción, decidí inscribirme, cuando era diplomático en Paris, en el famoso Institut d'Etudes Politiques, focalizando en los aspectos: Poder e Influencia y Geopolítica del Petróleo.
Comencé reflexionando sobre la genealogía de poder: el Estado es la expresión del poder, sobre todo,
al través de la guerra, la primera y más primaria de las manifestaciones del poder. Como decía el sociólogo estadounidense Charles Chilly: los Estados han hecho la guerra y la guerra ha hecho al Estado. Al examinar la historia del último milenio, se debe reconocer que el Estado Nacional se ha revelado muy apto para movilizar la fuerza militar, estructurar la sociedad, abordar la modernidad…
Un segundo ángulo importante vincula al derecho con el Estado. El derecho no es dado. Es una fabricación de los Estados para consolidar su poder. Se constata que cuando los Estados tienen una posición dominante, escriben y dictan el derecho, aunque puedan revestir esta voluntad con muchos pretextos. La capacidad de dictar el derecho es una de la manifestaciones más evidentes del poder. Por ejemplo: la Carta de las Naciones Unidas, escrita con la égida de Estados Unidos, continúa siendo el marco de las reglas fundamentales del derecho internacional al buscar la Paz y la Seguridad mundiales.
Así entramos en la Geopolítica. El razonamiento geopolítico conduce a interesarse en la geografía. ¿Qué aporta la geografía al Poder? Hay muchas teorías. Hay unas que ponen el acento en la demografía. China e India hasta hace poco no eran potencias, pero lo han devenido. Pequeñas naciones poco pobladas pueden tener una cierta influencia, como Singapur e Israel. La demografía no es la sola causa del poder. Pero cuando un Estado logra un grado de cohesión suficiente como para transformar el potencial demográfico en económico, comienza en ese momento a tener capacidad para intervenir en los asuntos mundiales.
Por lo cual es más económico que político lo que hoy conduce a tener poder. El Producto Interno Bruto es representativo de la potencia de un país. Los casos de China, Brasil, Singapur, con distintos modelos de desarrollo, tienen en común la voluntad estatal, política de estado, aunada al abandono de la autarquía. Para ellos, la globalización ha sido una ganga y han modificado profundamente las relaciones internacionales.
Cuando el Presidente Chávez habla de hacer de Venezuela una potencia, uno queda perplejo, puesto que una nación dividida jamás será una potencia y, menos todavía, si se ha destruido, en gran parte, el aparato productor, deteriorado la infraestructura, estimulado desinversión, fuga de capitales y talentos, endeudamientos insensatos, malbaratado ingresos petroleros, cierre de empresas, inseguridad jurídica y errores en gerencia petrolera, nueva dependencia de potencias emergentes: China, Rusia, Brasil. ¿Cuál es su idea, Presidente, del país como potencia?
Si es posible, pero con usted ya se perdió otra ocasión.
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